viernes, 23 de noviembre de 2018

Cuando un alma fue sometida a durísimas pruebas...



Cuando un alma fue sometida a durísimas pruebas, que casi siempre son consecuencias de errores cometidos conscientes o inconscientemente, se ve forzada a pensar, a razonar, y quizá el dolor la obliga a levantar la mirada al infinito espacio azul, tras de cuya inmensidad cree percibir ese algo grande, fuerte e invisible, en que todos pensamos cuando el dolor nos estruja el corazón con sus garras ardientes.. 

¿Que tan posible es agregar algo a esta frase que podemos hallar en el libro Moisés, El vidente del Sinaí (1)? En realidad, casi nada. La reflexión nos impele a interpretar este mensaje como una votiva y sublime manifestación de la sabiduría a la que ha llegado el libro de Moisés. Existen muchos pasajes realmente increíbles por su altura moral y su excelsa pureza así como también pequeñas frases como esta que aluden a la entrega del espíritu encarnado en la materia el cual sufre muchas veces los embates de la vida, siendo estos tal vez, los alicientes que posee para mirar al cielo pidiendo justicia, amor y sabiduría. 

Cuanto más le valdría al alma quedarse en su cielo de gloria que encarnar en este mundo sin aceptar el dolor. Cuando un alma fue sometida a durísimas pruebas, comienza a decir este párrafo, se ve forzada a pensar, a razonar… ¿Será que el verdadero razonar no puede llegar al ser humano sin una verdadera prueba que lo obligue a buscar soluciones, sin aquellas situaciones que lo enfrentan a su fe y que le hacen dudar de todo y de todos? 

Es posible que sin las duras pruebas de la vida nuestro espíritu sea incapaz de darnos nada ya que él para poder aportar sabiduría, justicia, y fuerza de voluntad debe pedirla de lo alto, de la fuente divina, y sólo ese pedido puede existir con la necesidad la cual existe con las pruebas de la vida. La necesidad crea al órgano decía Lamarck, ¿Qué órgano es entonces el que se crea cuando realmente pedimos ayuda del cielo? 

Si pedimos fuerza de voluntad, el chakra solar se verá fortalecido, si pedimos paciencia para con ciertas personas, el chackra cardíaco será el beneficiado, si pedimos ayuda para entender ciertos problemas intelectuales el chakra coronario será el que reciba esa energía. 

Siempre que pidamos se nos dará pero el hombre sólo puede pedir por necesidades que tiendan a lo justo, a lo bueno y a lo perfecto, jamás a lo injusto, a lo malo y a lo imperfecto. Pedir para provecho propio es pedir egoístamente, y muchas veces el ser humano debe entender que las situaciones difíciles son más convenientes que las fáciles. Toda prueba tiene su propósito y es más importante pedir comprensión antes que pedir modificación. Las modificaciones cuando son emanadas del cielo llegan naturalmente como consecuencia de una serie de actos buenos, de grandes entregas y pruebas de fe, jamás de caprichos. 

Pero el hombre de esta era actual es más propenso a creer que su libertad se justifica sólo con el hecho de poder elegir que marca de jabón para la lavar la ropa puede comprar en el supermercado. La gran variedad hace creer a la mente del hombre contemporáneo que puede elegir entre la diversidad de productos de consumo cuando en realidad las elecciones son siempre limitadas, basadas tal vez no en distintas necesidades a ser suplidas, sino a diferentes variantes para suplir una misma necesidad, lo cual hace de la variedad una ficción. 

Y es esta gran variedad la que genera el conformismo en el hombre, aquel conformismo que le duerme entre tantas opciones sin darse cuenta de que lo esencial no habita allí, sin percatarse de la carencia de sustancia real, sustancia positiva, mental búdica, etc.., que podría tener y que en realidad no tiene porque no la pide, no la exige, no la necesita. 

Sólo aquel que a través del dolor obvia la elección entre infinitas variedades de una misma cosa, sólo aquel que traspasa el velo de la ficción del mundo de las oportunidades falsas, del mundo de las promesas vacuas, es el único que puede sufrir verdaderamente por darse cuenta de que vive en un desierto de sustancia viva, en un desierto de verdadero conocimiento, en un desierto de amor. 

Es por esto que Juan el bautista afirmaba en su tiempo: “Yo soy la voz del que proclama en el desierto: «¡Allanad el camino del Señor!».” 

Por la misma razón que Morpheus le dice a Neo: “Welcome to the desert of the real”, es debido a que este plano está repleto de cosas vacías, sin energía, un mundo que no engendra cosas nuevas, cuyas teorías científicas no han avanzado desde los años 50 a esta parte, en donde la guerra, las pestes, la violencia y la estupidez es pan de todos los días. Es el desierto en donde nada crece, en donde las ratas se conforman con la escases de sustancia que a intervalos y en muy pocas dosis entrega el mundo astral al mundo físico de la misma manera que un millonario le entrega mendrugos de pan a un indigente. 



El hecho de que el hombre tenga un promedio de vida tan corto, de que existan tantas enfermedades, delata la falta de energía divina. Las casas están llenas de televisores de última generación encendidos noche y día, de computadoras con la última tecnología, pero en ninguna existe una pequeña vela encendida en señal de agradecimiento al creador, en ninguna un altar, en ninguna un signo de reverencia hacia el creador de todas las cosas. 

En el desierto de lo real, haciéndonos eco de la frase de Morpheus, existen muchas opciones, mucha variedad de productos aunque ninguno sirva para salir del desierto. Todas las cosas que existen en él son para seguir durmiendo en él. 

Bendito aquel que reconociendo el error de creerse libre se ve sometido a la prueba de enfrentarse a la dura realidad de este mundo, realidad que le muestra que está solo, que no hay grupos de ayuda que puedan ayudarlo, que no hay familia que pueda contenerlo ni religión que pueda salvarlo. Solo cuando esto pasa es que el ser puede comprender esta hermosa frase que hemos analizado y que dice:  
Cuando un alma fue sometida a durísimas pruebas… se ve forzada a pensar, a razonar, y quizá el dolor la obliga a levantar la mirada al infinito espacio azul, tras de cuya inmensidad cree percibir ese algo grande, fuerte e invisible… 

(1) Moisés el Vidente del Sinaí 
Cap. Abydos, La Ciudad Santa

Mariano

viernes, 1 de mayo de 2015

OTRO ADELANTO DE LA INVESTIGACION: DATACION CRONOLOGICA ERRONEA



Existen pruebas y relatos que atestiguan tiempos que la obra no contempla





"(...)existen pruebas y relatos que atestiguan tiempos que la obra no contempla. Por ejemplo sobre la antigüedad del zodiaco, Blavatsky comenta que “Ya sea ario o egipcio, el origen del Zodíaco es sin embargo de una antigüedad inmensa. Simplicio, en el siglo VI de Cristo, escribe que siempre había oído que los egipcios habían conservado observaciones y anales astronómicos durante un período de 630.000 años” también menciona que “Diógenes Laertius hacía remontar los cálculos astronómicos de los egipcios a 48.863años antes de Alejandro el Grande” y además “Martiano Capella corrobora esto diciendo a la posteridad que los egipcios habían estudiado secretamente la astronomía por más 40.000 años, antes de que comunicaran sus conocimientos al mundo”[4]. Por su parte Plinio comenta que Epigenes le otorga a las observaciones astronómicas de los Caldeos una cantidad de 720.000 años. [Plinio, Hist. Nat., VII, 56.]
De modo que si la antigüedad de los egipcios se remontase a cualquiera de los años señalados, directamente tendríamos que, basándonos en la obra, creer que los egipcios existieron cuando el continente lemuriano estaba en su apogeo, dado que a Juno se lo ubica ni más ni menos que en el año 47.500 antes de cristo."




[ Nathan Elias Olivar. Datacion Cronologica Erronea de la Obra de J.R.L.Alvarez. Dioses, Semidioses y Heroes.]

Un adelanto de la investigacion titulada: DATACION CRONOLOGICA ERRONEA



FECHA DE NACIMIENTO DE JHASUA. UN EJEMPLO DE ERRORES EN LAS FECHAS DE LA OBRA




"Con relación a la confusión de las fechas pongamos un ejemplo para adentrarnos levemente en este tema.
La obra menciona que el nacimiento Jhasua se produjo el “día séptimo del equinoccio [¿?] de invierno, permanecían muchos en vigilia para completar el grandioso espectáculo anunciado los astrónomos asirios y caldeos” “[…] ¡PISCIS!, gritaron todos a una vez, cuando les vieron darse allí el abrazo supremo, mientras el equinoccio [¿?] de invierno cubría de nieve la tierra de promisión vislumbrada por-Moisés.” [Arpas Eternas Tomo I. Cap. La Gloria de Betlehem]
El problema deviene primeramente cuando uno consulta las últimas ediciones, porque estas no mencionan ya la palabra equinoccio sino solsticio. Parece ser que la “mano del corregidor” atisbo a darse cuenta de que en los equinoccios no hay invierno sino primavera y otoño. Pero aun con la corrección, la arriesgada mano corregidora no pudo salvar el escollo de que en otros capítulos, se afirma que Jhasua fue llevado al templo 40 días después de nacido, precisamente cuanto eran las pascuas Judías.

“Dos días después en la primera hora de la tarde Joseph y Myriam emprendieron viaje a la vecina Jerusalén para dar cumplimiento a la Ley que ordenaba la ceremonia de la purificación para la madre, a los cuarenta días de nacido su hijo, al cual debía al mismo tiempo consagrarle a Jehová en su santo Templo.”[Arpas Eternas Tomo I. Cap. A Nacido un Parvulito]

“Y viendo llegar a su puerta a Jhasua, la noble viuda decía: —Todas las Pascuas son santas y buenas, pero ésta, amor mío, es Pascua de gloria para esta casa. Y abrazando tiernamente a Jhasua, Lía lloraba de felicidad. Le había visto de cuarenta días, y ahora le veía de 12 años, convertido en un bellísimo adolescente, grácil como una vara de nardos, con sus ojos color topacio y sus largos bucles castaños claro, que el viento agitaba graciosamente.”[Arpas I. Cap. Jhasua en el Templo de Jerusalén]

Hay que tener en cuenta que las pascuas judías eran y siguen siendo en la primera luna de marzo o el 14 de ese mismo mes, es decir el 14 de Nizan. Por lo que si lo llevaron cuarenta días antes de esa pascua debería haber nacido en Febrero no a fines de diciembre. Por ello Jhasua no habría nacido ni cerca de un equinoccio ni cerca de un solsticio."
 
[ Nathan Elias Olivar. Datacion Cronologica Erronea en la Obra de J.R.L.Alvarez. Introducción]

jueves, 16 de abril de 2015

EL REINO DE DIOS


Amigos míos: hace algún tiempo que vengo escuchando en distintas circunstancias, la manifestación de un deseo, en almas que me están ligadas por vínculos hondos y fuertes, que deben perdurar por largo tiempo.

"Danos parte Maestro, en ese Reino tuyo que nos anuncias" —dice la voz en ese deseo íntimo, que a veces sube del corazón a los labios y se traduce en palabras. A tales insinuaciones responderé esta tarde.

"El Reino de Dios pide vencimientos y exige violencias, y tan sólo los que se los hacen, podrán conquistarlo".
Y como no puedo ser yo, quien os de parte en él, sino que sois vosotros, quienes debéis conquistar la participación en sus dominios, quiero que comprendáis de qué vencimientos y de qué violencias os hablo.

"Violencia se hace, el que retuerce su propio corazón para acallar su voz, que le reclama las manifestaciones exteriores de una afección humana, hondamente sentida, cuando ella lesiona los afectos, el honor y la vida de un semejante".

"Violencia se hace, el que habiendo recibido injuria y agravio en su honra y en todo cuanto le es querido, es capaz de estrechar sereno la mano de su detractor".

"Vencimiento y violencia, son los de aquel que renuncia generosamente a ciertos deseos y anhelos propios de todo corazón de hombre, pero entorpecedores de sus destinos como espíritu afiliado por una alianza, a los honores de una misión determinada".

"El Reino de Dios sólo puede ser comprendido en toda su belleza, por aquellos a quienes desciende la Luz de la Divina Sabiduría, mediante el esfuerzo perseverante del espíritu por merecer esa Luz".

"La Luz Divina ilumina a los puros de corazón y a los humildes".

"Los mensajeros de esa Luz, son los Mesías conductores de humanidades, forjadores de mundos, auxiliares de la Energía Creadora en su constante y eterna gestación".

"Mirad hasta qué punto van errados, aquellos que afirman que los Mesías están impedidos por su propia elevación espiritual, de acercarse a los mundos cuya evolución les fuera encomendada".

"Las leyes inmutables del Universo, tienen en los Mesías sus fieles y sumisos cumplidores, y por lo mismo, es una grave falta de lógica y hasta de sentido común promulgar como axioma inconmovible, la imposibilidad del acercamiento de los espíritus de luz, a las esferas que prohíjan".

"La Ley Eterna de Amor Universal, que es la base de oro y diamante en que descansa todo cuanto existe en los mundos adelantados, y en los mundos embrionarios, es la que designa los seres, los lugares y el tiempo, en que las corrientes astrales, etéreas y espirituales deben combinarse, para formar ondas, o círculos, o bóvedas psíquicas determinadas y aptas, a las diversas manifestaciones de los Mesías en los mundos que aceptaron como una heredad, para cultivar hasta su completo perfeccionamiento".

"La ignorancia, el fanatismo y la malicia humanas, se unen siempre para negar lo que es innegable, dando lugar a que se cumpla el profundo axioma aceptado por las antiguas Escuelas de Divina Sabiduría: "La Suprema Inteligencia niega su luz a los soberbios y la da con abundancia a los humildes".

"Por eso os he dicho, que para conquistar el Reino de Dios, el alma ha de levantar en sí misma, un edificio espiritual basado en el sólido cimiento de la aceptación amplia, generosa y sincera de la Verdad, venga de donde venga, y aunque ella sea espada de dos filos que lastime nuestro corazón de carne, tan tristemente apegado al egoísmo de lo tuyo y lo mío".

"¡Oh! ¡Cuándo olvidarán los hombres esas inarmónicas palabras que ponen en relieve al exterior, las insaciables fauces del egoísmo feroz que arrastra humanidades al caos, que destruye pueblos, que devora vidas, que aniquila afectos, y detiene el paso triunfante del amor universal!"

"Tuyo y mío", palabras de división, palabras de guerra, de antagonismo, de enemistades y de odio, ya se las aplique a las ideas religiosas, a las actividades intelectuales, o a los bienes temporales".

"Por eso las más elevadas inteligencias compenetradas de la Verdad Eterna, son esencialmente armónicas, desinteresadas y su bondad y tolerancia corren parejas con su claro conocimiento de Dios y de los hombres".

"Todo bien, lo atribuyen al Supremo y Eterno Invisible, todo mal, al egoísmo y debilidades humanas".
"Esas grandes inteligencias conquistaron el Reino de Dios, del cual queréis participar, porque abdicaron de todos los egoísmos, de todas las ambiciones. Para ellas dejó de existir "lo tuyo y lo mío", y sólo vivió el soberano amor fraterno, que sabe olvidarse de sí mismo en beneficio de los demás".

"Y estos principios son aplicados a las colectividades, donde florece la fraternidad, dulce y suave como caricia materna sobre la humanidad, porque ellos iluminan el camino de las inteligencias hacia la Luz Increada, hacia el Eterno Amor, hacia la Suprema Inteligencia, por la cual alientan, viven, y son los mundos, los seres y las cosas".

"Y si de verdad aspiráis a la conquista del Reino de Dios que os anuncio, comenzad por desterrar de vosotros la ambición y el egoísmo, que obstruyen los caminos de la justicia, de la felicidad y del amor".
"¡Pobres humanidades que habitáis los mundos carnales devorados por el egoísmo!"

"Conquistasteis sin esfuerzo y sin gloria, los reinos vegetal, animal y humano, pero no conquistaréis sin esfuerzo y sin gloria el Reino de Dios, al cual llegaron los espíritus puros o Mesías, como llegaréis vosotros más tarde o más temprano por derecho de conquista. ¡Porque el Reino de Dios exige vencimientos y violencias, y tan sólo el que los hace llegará hasta él!"

"Si en verdad queréis participar del Reino de Dios, lejos arrojad de vosotros el orgullo con todos sus derivados: el deseo de poder y de dominio, la ostentación y la vanagloria, el afán de imponer la propia voluntad, como un yugo sobre la mente y la conciencia de los seres, todo lo cual os convierte en voraces aves negras y fatídicas, que pueblan de terror y de espanto, el viejo castillo en ruinas de la humanidad inconsciente y aletargada".

"Que mis palabras tengan el poder de levantar el velo de tinieblas que oculta a vuestra inteligencia, la grandeza divina del Reino de Dios, para que se despierte vivo en vosotros, el anhelo de poseerlo y conquistarlo por toda la eternidad".

Arpas Eternas Tomo III
El Reino de Dios.

viernes, 9 de mayo de 2014

LA ENSEÑANZA DE TUBAL


¿Creáis acaso que por llevar aquí dos o tres años, habéis aniquilado ya las larvas de vuestros vicios y defectos?
Mirad a aquel Kobda ya anciano, que distribuye la semilla a los labradores. Hace por lo menos veinte años que realiza esa misma ocupación y con una solicitud infatigable enseña a los labriegos a sembrar, a cultivar, a recolectar y preparar después los granos o los frutos. Hace una vida como veis, oscura, retirada, silenciosa. No deja morir ni un árbol ni una planta, sin que dé su fruto, su nueva semilla, que al año siguiente vuelve a la tierra para fructificar otra vez. De la labor que él realiza nos alimentamos todos, hombres y ganados dependientes de la Casa de Numú; y hasta de la paja de ciertos cereales, él se encarga de que las mujeres de los labriegos saquen la fibra que, en sus distintas escalas, sirve para las esteras de nuestros pisos, para las cortinas de nuestros santuarios, para cubrir nuestros cuerpos durante la vida, y envolver nuestros despojos cuando el alma ha partido a la inmensidad infinita.
¿Podemos calcular acaso, el amor que él da de sí a todas las millares de semillas que hace sembrar? Si le vierais, como lo he visto yo, cuidar y limpiar y preservar de soles ardientes y de hielos destructores esas semillas, para que no mueran una vez recolectadas, juzgaríais que ese hombre ve un ser vivo que siente y ama en cada semilla. Y cuando alguien le dice que es demasiado su sacrificio por unas semillas, dice tranquilamente:
"La evolución de estos seres está en nacer, crecer, dar frutos y agostarse, dejando una prolongación de sí mismas para renacer a su tiempo. Si yo en la medida de mis fuerzas coopero a esa evolución, cumplo con la Ley Divina de ayuda mutua y de amor a todos los seres. Después, todos estos millares de seres emanan irradiación benéfica para sus cultivadores y cooperan a que tengamos salud, paz y armonía entre nosotros y los labriegos cultivadores de nuestros campos."
¿Qué le importa a él que en el mundo exterior no sea conocido su nombre ni su obra, que parece perderse entre los graneros y los campos arados?
¿Acaso por ser desconocida e ignorada, su obra es menos real y meritoria?
En la infinita escala de las obras de Dios, no podemos precisar ni definir si hace obra más grande y buena, el que guía multitudes, o el que guía la evolución de las especies inferiores, porque la grandeza de la obra no está en la obra misma, sino en el pensar y el sentir de aquél que la realiza.

Entre el que guía multitudes, con el pensamiento de levantarse un pedestal de gloria para sí mismo, y el que sin ningún mezquino pensamiento cultiva las plantas de sus campos, sólo por amor a ellas, es indudable que éste último realiza una obra meritoria para sí mismo, a la vez que benéfica para aquellas especies que han recibido su solicitud. Las especies inferiores no adulan ni lisonjean, ni sirven de tentación y, aunque es verdad que el Altísimo manda a veces a sus hijos las pruebas difíciles de la grandeza y del poder de ocupar lugares prominentes, que ponen al ser como en la cúspide de una torre de marfil, a la vista de todos, también es verdad que El da los medios para salir triunfante de esas pruebas, cuando sin nosotros buscarlas, las hemos recibido como encargue divino.
El caso por ejemplo de nuestro hermano Bohindra, tan consagrado a sus cantos, a su lira, a sus plantas, a vitalizar con vibraciones de armonía el agua y el aire para los enfermos y los tristes, sin querer jamás salir a buscar el aplauso de los hombres. ¿Qué hizo él para que tantos y tantos pueblos pidieran el derecho de proclamarlo su soberano?
El buscó el olvido, la oscuridad, el retiro de todos los placeres de la vida carnal, pero el Altísimo que lo ha puesto encima de una torre a la vista de todos, está obligado por justicia a sacarlo a flote sin que ninguna tempestad lo hunda y ningún vendaval lo derribe.
Y así es todo en la vida del espíritu, al cual nunca le falta la fuerza y ayuda necesaria para mantenerse firme en el cumplimiento de la Ley. Y nuestras grandes caídas, y nuestros grandes errores, son porque muchas veces siguiendo el impulso de las larvas internas que aparentemente están muertas, pero que viven dentro de nosotros, nos salimos de nuestros senderos ya marcados al encarnar, y nos perdemos en encrucijadas sin salida. Y cuando por fin el amor de algún ser misericordioso nos vuelve al camino, ¡Cuántas desgarraduras en nuestro vestido y cuántas llagas en nuestro corazón!
Haceos cada día estas preguntas y contestadlas con toda la sinceridad que seáis capaces, sabiendo de antemano que sólo Dios y vosotros mismos conoceréis las respuestas:
— ¿Por qué vine a la Casa de Numú?
— ¿A qué vine?
— ¿Por qué quiero salir a la sociedad de los hombres?
— ¿Qué busco de ellos?
— ¿Qué les daré yo?
— ¿Me apena la vida oscura y desconocida?
— ¿Pienso con mucha frecuencia en los sacrificios o molestias que me tomo por los demás?
— ¿Rehuyo pensar en las molestias o sacrificios que los demás hacen por mí?
— ¿Soy capaz de reconocer mis errores?
— ¿Soy capaz de reconocer la virtud ajena?
— ¿Soy capaz de obrar el bien aún sin esperanza de ninguna recompensa?
— ¿Soy capaz de sembrar una semilla, y cultivarla y regarla aún cuando sepa que no gozaré yo de mi esfuerzo y sacrificio?
El día que os podáis contestar satisfactoriamente todas estas preguntas, sin que en vuestra propia conciencia se levante una voz para desmentiros, entonces será llegado el momento de que vayáis sin peligro, en medio de las multitudes, donde no encontraréis más que lazos hábilmente tendidos en que los débiles y los incautos caen a millares.

La Enseñanza de Tubal.
Orígenes de la Civilización Adámica Tomo I.