lunes, 24 de junio de 2013

El que entra en Intimidad Conmigo Rompe Todos los Vínculos con el Mundo.




“El que entra en intimidad conmigo rompe todos los vínculos con el mundo; tal es la ley”

¿Qué significa esta frase dicha cientos de años antes de Cristo dentro de la civilización Egipcia?

Veamos primeramente la historia, el marco de acción en el cual fue expresada.

Egipto, 1500 años antes de Cristo, el Faraón Anek-atón revierte la tendencia religiosa imperante y funda un nuevo culto de adoración basado en un Dios Único, Atón, dejando de lado el politeísmo reinante hasta ese entonces. “Anek-Atón, el Faraón único que tuvo el valor de decir a todo Egipto y al mundo entero que los dioses venerados por las criaturas terrestres no eran más que chispas  de luz lanzadas a la vida de los mundos por el Eterno Invisible y único dueño de mundos, seres, cosas, al que llamaba Atón en lengua Tolsteka, que significa altura..”

Pero tras una revuelta, el Faraón es traicionado y tanto él, su familia y sus seguidores son asesinados.

Anek-Atón, reencarnación de Mizraim de Tanis y de Hilcar de Talpaken había venido para implementar la doctrina prehistórica de Anfión, de Antulio y de Abel; doctrina de paz, amor y justicia que estaba en perfecta concordancia con las leyes Kobdas, con la filosofía Flamen, con la sabiduría de los Dacktilos, en fin con la herencia Tolteca.


“La Ley de los Kobdas; la Ley de la Gran Alianza de Naciones Unidas, les era casi familiares, podemos decir, pues cada uno de los Hierofantes tenía copia de ella, tomada de las “Escrituras del Patriarca Aldis”.

Y en la traición que sufre el Faraón, quedan muchos templos en ruinas, olvidados, con sacerdotes dentro que deben elegir si quedarse y salvar la sabiduría a costa de grandes sacrificios o irse y abandonarlo todo por una vida mejor.

“El incomprendido Anek-Atón fue en nuestro Egipto la barrera infranqueable que impidió la entrada a esa corriente fatal que corrompe almas y destruye civilizaciones.

Es verdad que murió agotado por tan tremenda lucha, y los humanos le creyeron un fracaso, un vencido, porque su doctrina y su ideal fue arrancado del pueblo con amenazas de muerte, pero quedó vivo y triunfante en los Templos donde las mentes adelantadas lo asimilaron y llevaron hacia los cuatro puntos cardinales”

Pero no todos los sacerdotes pudieron destinar sus vidas a tamaña entrega, siendo la mayoría arrastrados a la exterioridad y la hipocresía de una religión falsa.

Uno de los que sí pudo sobrellevar una vida austera, totalmente ignorada y dedicada en absoluto a la comunión con la Divinidad fue Kleber de Sais. Y aquí empieza la historia de la frase que venimos estudiando.

Leamos atentamente el relato de quien fue Kleber de Sais del libro Moisés El Vidente del Sinaí:

“Llegado a la existencia de Kleber de Sais sumido en la pobreza y honda desolación ya mencionada, se había negado a aceptar propuestas bien ventajosas de Reyes asiáticos y Pontífices de grandes Templos de los países de la otra ribera del mar Grande. Qué era para él todo eso si sentía dentro de sí mismo el Eterno Poder ilimitado e infinito cuya voz sin ruido le había dicho: Has entrado a la intimidad conmigo y nunca ya volverás al mundo ni él se acordará de ti. Había sido el fundador del Templo de On con un hermoso plantel de treinta y siete Hierofantes fugitivos de otros Templos, en que se había ya perdido el antiguo esplendor espiritual para transformarse en Templos-Palacios de dioses propiciadores de los vicios nefandos en que cayó la humanidad.”

La frase en negrita parece sonar muy fuerte en los oídos todavía demasiados inclinados al goce y la satisfacción, ¿Quién estaría dispuesto a ser olvidado por el mundo? ¿Quién estaría dispuesto a dejar la fatuidad y enderezarse con el Cristo en un camino auto-elegido de inmolación no buscada pero si aceptada?

Pero antes de seguir indagando sobre esta frase volvamos un momento a lo que sucede con Kleber y el porqué de su frase:

“Moisés recibió en tal noche, la más grande compensación de su vida, pues resultó de las detenidas y minuciosas declaraciones, que todos aquellos Hierofantes fieles guardianes de sus respectivos Templos, habían renunciado a todos los halagos y promesas de reyes y príncipes de diferentes países del mundo por la única satisfacción de ser fieles guardianes de las Sagradas Escrituras en que habían aprendido las Ciencias Divinas de Dios, creador de mundos y de almas.

Y cuando Moisés conmovido en extremo hizo la gran pregunta:

 — ¿Qué potente fuerza os dio la fuerza de renunciación a las tentadoras promesas de Reyes y Príncipes que os aseguraban vuestro bienestar permanente en vez de la pobreza, soledad, abandono de los Templos desiertos y ruinosos?

 —Yo contestaré por todos —dijo el más anciano de los Sacerdotes del Templo de On. (Kleber de Sais)

 —Es justo —dijeron los demás—, porque él ha oído nuestras confidencias y sus noventa y dos años están llenos hasta desbordar de nuestros secretos dolores.

 —Uno de los viejos axiomas, leyes de nuestros heroicos antepasados dice así: “La voz del Eterno se hace sentir a la hora de las nupcias con sus elegidos. El que entra en intimidad conmigo, rompe todos los vínculos con el mundo“. De esa voz hemos recibido la fuerza para todas las renuncias hechas y aun las que deberemos hacer en adelante.

— ¡Maestro!… —le dijo el Faraón acercándose—, ¿aún esperáis hacer más renuncias de las que lleváis hechas?

—Sí, Faraón, porque la amanté Psiquis se enamora tan poderosamente del Divino Ideal, que ocupa toda su eterna vida en renunciarlo todo hasta llegar a poseerle en absoluto y para siempre.”

¿Qué se puede agregar a tamaña declaración?

Que esa frase no es otra cosa que el eco lejano de la fuerza espiritual que levanto una civilización como la Atlántida y que trajo en la cuarta raza de este globo, la sabiduría más perfecta que el hombre pudiera aspirar. Es el legado y la síntesis axiomática de todo aspirante a la Divina Sabiduría, al amor verdadero y  a la Justicia no humana sino divina.

Aquí comienza el origen de esta frase que venimos dilucidando, frase que también fuera repetida por Jhasua (o Jesús para los que no han leído la obra) cuando les dijese a sus hermanos:

 “Los que son del mundo no pueden odiarlos a ustedes; pero a mi me odian, porque yo hago ver claramente que lo que hacen es malo” Juan 7, 7.

O lo que les dijese a sus discípulos:

“Si el mundo los odia a ustedes, sepan que a mí me odio primero. Si ustedes fueran del mundo, la gente del mundo los amaría, como ama a los suyos. Pero yo los escogí a ustedes entre los que son del mundo, y por eso el mundo los odia, porque ya no son del mundo.” Juan 15, 18

¿Por qué la frase declarada por Kleber de Sais preanuncia el dolor soportado?, por el simple motivo que la luz no puede entrar en el alma sin dolor. Aclaremos además una cuestión que puede visualizarse en la historia de Kleber. La vida lo colocó en una situación en donde él pudo elegir entre aceptar una vida cómoda y llena de satisfacciones o una vida oscura, relegada del mundo, en donde los hombres no lo mencionaran, no lo tuviesen en cuenta, no lo escucharan siendo que sus conocimientos eran vastos, su situación lo colocaba en el olvido.

Esta historia sería mil veces repetida en cada etapa de la historia por cada seguidor del Cristo, quien también dijera “Ningún criado es más que su amo, si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán” San Juan 15, 20

¿Cómo colocamos esta enseñanza en la época actual? ¿De qué manera podemos verla que no nos suene un sermón anticuado y desarticulado del vivir cotidiano?

Todos los días se nos presentan situaciones en donde podemos decir con fuerza esas palabras enérgicas que un día pronunciara Kleber, la cuestión es si lo estamos haciendo, si seguimos en el mundo o estamos unidos a la Divinidad. Esto plantea un doble interrogante que es ¿qué significa no estar en el mundo? y ¿qué significa ser del Cristo?

El traicionarse a uno mismo es la base fundamental por la cual los seres permanecen en el mundo. ¿De qué forma podemos darnos cuenta de esta traición interna?

“Más tú, cuando ores, entra en tu alcoba, y cerrada tu puerta ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.  Y cuando ores, no uses vanas repeticiones, como hacen los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.  No seáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis” Mateo 6:6,7,8

El sinceramiento íntimo es la única llave que puede abrir el corazón al Cristo, a la luz, a la verdad. Cuando uno se miente a si mismo permanece en lo externo, en el mundo, y traiciona su espíritu.

La frase de Kleber entonces es una exclamación de fuerza que surge en el Ser cuando se comunica con lo superior, y en donde ya no necesita de las relaciones humanas como apoyo psicológico, ni de las fatuidades que las cosas puedan otorgar, sino que se conforma con lo sencillo, con lo que solamente necesita, sin sostener su emocionalidad con aportes externos sino con su fuero interno, con su templanza y aceptación de la realidad que le toca.

En esto Kleber de Sais nos ha enseñado algo importante y es que la intimidad con el Señor es el desprecio de los hombres.

Escrito por Mariano